El 31 de diciembre en mi país (Colombia) se tiene la tradición de comer doce (12) uvas unos minutos antes de llegar al nuevo año. A cada una de estas se le coloca una intención/objetivo o deseo que se va a cumplir en el año que comienza; siendo objetivos como “bajar de peso”, “ir al gimnasio”, “viajar a un lugar”, “crear un negocio” los más comunes que se establecen ese día y también encontramos otros de desarrollo personal cómo tomar algún curso, “ser mejor persona”, “conocerme más” que deseamos que nos lleve a un crecimiento personal y espiritual.
Pero, así como son los más comunes el 31 de diciembre, te puedo decir que al 31 de enero más de la mitad ya se dejaron de cumplir. ¿Te ha pasado? ¿Te has propuesto algo y no lo has logrado? ¿Te emociona mucho la idea, crees que si puedes,pero no actúas?
Alguna vez en la vida esto nos ha pasado A TODOS, repito, A TODOS y vuelve el 31 de diciembre y establecemos los mismos objetivos pensando que “este año sí”- creando así un círculo vicioso sin fin, donde lo único que disfrutamos son las uvas que van con cada deseo.
Llegando así a desarrollar un PPP (pensamiento positivo pendejo) donde creemos que por el solo hecho de ponernos esa meta con la “mejor actitud” y con todo el “deseo” se va a lograr, dejando de lado la parte que nosotros mismo debemos hacer o peor aún, no queriéndonos dar cuenta que no conectamos o no sentimos compromiso por ese objetivo.
¿Por qué empiezo con este ejemplo? Porque he sido de las personas que más ha incumplido sus objetivos cada año, llegué al punto que dejé de pedirlos y simplemente me comía las uvas esa noche diciendo “el universo me va a sorprender”.
Félix, el Coach, la persona que invita en sus sesiones de coaching a sus clientes a que pasen de la creencia y la emoción a la acción y que entre tantas excusas estaba dejando de cumplir su propia tarea. Chistoso, ¿cierto?
Si aún sigues aquí y me estás acompañando en este viaje por estas líneas,quiero proponerte seis pasos que harán que conviertas tus objetivos en acción,sin dejar de lado la creencia y la emoción.
1. Define qué quieres: De una forma clara, concisa, que se entienda y puedas sentirlo.
2. Identifica tus emociones alrededor de ese objetivo: ¿Ese objetivo qué te genera? ¿Paz? ¿Alegría? ¿Estrés? ¿Tristeza? ¿Miedo? ¿Confianza? Tienes que tener mucha sinceridad contigo ya que de ahí parte que lo puedas llevar ala acción.
3. Identifica las creencias: Muchas veces hemos escuchado “creeres crear” y lastimosamente muchas personas se quedan con el PPP y “creen” que por estar “creyendo” que algo va a ocurrir, va a pasar por “arte de magia”.
¿Qué pensamientos te genera al pensar en tu objetivo? Así podrás empezar a identificar esas creencias que te detienen en la consecución de tu objetivo.
4. Es tiempo de hacer ajustes: Ya tienes claro tu objetivo con las emociones y creencias que se generaron alrededor de eso, por eso llegó el momento que te des la oportunidad de ajustar el proceso de ser necesario.
5. ACTÚA: En el Coaching personal siempre hablamos de acciones y/o tareas, por ende, si ya pudiste darte cuenta de tu objetivo, revisaste tus emociones y creencias e hiciste los ajustes necesarios. Solo te queda actuar, ¿sigues con dudas? Repite los pasos anteriores ya que posiblemente hay creencias o emociones que no has identificado y te mantienen paralizado.
El próximo 31 de diciembre que vivirás será diferente, independiente de la forma en que celebres o como planees el nuevo año, espero que tengas mayor claridad para establecer unos objetivos y metas alcanzables que te hagan sentir toda la confianza de lograrlo.
Deja en los comentarios tu proceso de planeación, tus objetivos, tus creencias y emociones para así poder crecer entre todos en esta comunidad.
Autor: FélixVargas
@felovarmar